lunes, 27 de diciembre de 2010

Escenas Cotidianas de Medias Naranjas Perdidas por la Ciudad.

Me pedís palabras cortas, sentimientos comprometidos, besos eclipsados.
  Yo te pido amor eterno, compromiso para otras vidas, un sueño guardado en un recuerdo.
Y nos miramos, sonreímos con complicidad de años, pactamos la muerte.

La mañana nos recibe con aroma a margaritas derretidas por lágrimas de novias errantes nocturnas.
  Y el olor de tu cabello invade aquella habitación que nos vio dormir.
Caemos en la cuenta, con palabras que se cruzan, que eso que sentimos se lo llama amor.

Pero mis manos están cansada de tanto abrazar y tus piernas se mezclan con mi vientre.
   Ser solo uno, en las primeras horas del día, cansa.
Así que decidimos separarnos y que la  redondez de la luna nos vuelva a unir.

Caminamos solos por la ciudad, pero sentimos que algo nos falta.
   Que nuestro respirar elimina vacío y que los colores de las flores son neutros.
Cada palabra pesa en el aire, y cada respuesta se rompe en algún gesto.

Mi cuerpo comienza a sentir aquellos fragmentos que se derriten con el ocaso del sol.
Tu cabeza deambula en aquellas sonrisas perdidas de la gente que choca con tus pasos.
   Nos llamamos. Lenguaje corporal, mezclado con granos de café.

La noche nos vuelve a unir. Enfrentados y compenetrados con cada escena de la historia diaria.
   De a poco, con cada suspiro de nuestras bocas, nos vamos uniendo.
La noche nos dio asilo. Volvimos al origen, a formarnos como dice aquel cuento griego.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Pinceladas para dormir.

Revolución. Miles de pensamientos girando en mi cabeza.
Y yo, con mis dos pies para poder sostenerme y  soportar esas imágenes que se enredan en mi cabello.
Insisto en el silencio. En poner a Cage, en volver a caer en ese libro que me quedo a medio leer.
Mi cuerpo débil, sobreviviente de luchas nocturnas, sigue marcando su camino.
Los planes se desvanecen en cada mesa. Las sombras van ganando en cada abrazo.
Y brindo por las horas que se fueron, por aquellos que vendrán y por los que quedaran en mí.
Sigo caminando. Con mis piernas manchadas de pintura,  pantalones gastados y zapatos de goma.
Olor a peperina fresca de la mañana, a miel derritiéndose en una taza de té que quedo de anoche.
En el piso, alguna aguja del reloj que intento frenar  el nacimiento de la mañana.
Alguna guerra vieja perdida comienza asomarse por la ventana.
Y me encuentro con marcas en cada habitación del perfume de tu voz, de tus caricias perdidas, de esa canción que nos regalo el sol.
Fluye. En cada melodía del día me voy desvaneciendo.
Intento formar un yo, desapareciendo.
Y esa mariposa que herede y me hace acordar a vos. Esa canción de mariposas de aquel viejo soñador.
Esas mariposas que nacen en mi vientre al sentir como me lastimas con tus dedos.
Un, dos, tres, cuatro, cinco... miles de palabras. Intento de decir-te.
Estoy sentada atrás de ese árbol. Te veo venir.
Soy esa,  la de sonrisa rara y letras que cuelgan en su sien.
Nariz de payaso, mi ancho pantalon negro campana.
                      Y por un rato feliz.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Adonde van... De donde vienen... Cual es su final...

Me Pregunto porque escribo...
Porque tengo esa necesidad de  mezclar, inventar, romper, borrar, crear;
Aquellas palabras que salen de mis dedos.
Maldita necesidad.
Malditos dedos gastados y manchado de lápices y témperas.
Tiño de superficie cada letra, que se van formando en mi cabeza como burbujas de jabón.
Me levanto de la cama asustada, esos sueños rebeldes de madrugada intentaron decirme algo;
Mis papeles rayados de la noche anterior siempre duermen en mi mesa de luz.
No logro escribir eso que fue motivo de mi despertar.
Si.
Los años lograron que caiga en un pozo infinito y que me salve la escritura;
Buscar como una exploradora sin brújula y sin tiempo algo en los suspiros de los demás.
Encontrarme con aquellas  palabras regaladas por otros, en poemas escritos sobre alguna pared.
En canciones que se escondían en cajones de recuerdos.
En tus te amos, en tus pies, en cada rincón de tu cuerpo.
Si.
Siguiendo la escritura me encontré con vos.
Con esa maldita necesidad de vos.
Con esos dedos tan gastados de escribir sobre tu piel.
Con cada verso que me regalas hace ya siete años.
Con tus problemas, tus interrogantes, tus cuestionamientos, tus porqués.
Eres letra, palabra, verso, poema, cuento, historieta, ficción.
Eres Amor

                                                 Lo eres todo...


"Mi norte y mi guía, mi perdición, mi acierto y mi suerte,
 mi equivocación, eres mi muerte y mi resurrección,
eres mi aliento y mi agonía de noche y de día, te lo pido por favor,
que me des tu compañía de noche y de día... lo eres todo."
          
                                                  




  

martes, 7 de diciembre de 2010

Je n'ai plus besoin d'eux

Y de pronto, en ese segundo que dura el soplo del viento, me convertí en huérfana...
Huérfana de los sentimientos, del retrato familiar, de ocupar ese lugar.
Del dolor de mi cuerpo ante la tristeza.
Me vacío, mis gotas de sangre se secan. Algo en mi  huye.
       Nadie me aviso de esta separación, sino, no se si  aceptaba el pacto de vivir.
Hubiese sido nada, si la nada significa algo. Hubiese sido algo, sin ellos, sin mi.


Intento seguir escribiendo para que mis lágrimas queden en su lugar.
  Crear alguna imagen del tiempo, de un futuro mejor, de tocar la paz.
Dibujo sonrisas que cortan en cada bordeado.
          La Piaf suena en mi cabeza.
El día se pinta del color de mi alma.
         La lluvia lagrimea por mi.


Palabras narcóticas que calman la angustia.
  Gritos de afuera que llaman mi atención.
Gente siguiendo su vida, gente caminando por hoy.
Y vos sin saber de este sentimiento que se oculta en mi voz.
  Nadie me aviso que mis raíces se cortaban de esta  manera.
Y que la soledad tenia aromas de recuerdos perdidos de alguna canción de cuna.
         


 Aveces,  creo que mi solución se encuentra en el amor.
            Amor de suplencia, de llenar vacíos, de caminar por orillas.
                         Amor con gusto a vos.


Ahora son mis lágrimas las que se secaron, otra vez la escritura me salvo.
             

  "Con mis recuerdos
Yo prendí el fuego
Mis tristezas, mis placeres
Ya no tengo necesidad de ellos
Barridos mis amores
con sus trémolos
barridos para siempre
Vuelvo a partir de cero (...)
Pues mi vida, mis alegrías
hoy comienzan contigo
"

           
      

jueves, 2 de diciembre de 2010

Homenaje para dos arboles..

Ya esta anunciado el asesinato del mis queridos dos arboles.
Y la tristeza entra en mis ojos con olor a nostalgia.
                         Están enfermos, lo se.
Pero eso no quita la idea de seguir viviendo en frente de mi casa.
Tantos años acompañándome. Viéndome crecer, trepar, caer, levantarme.
Coloreando el barrio con sus hojas color sangre. 

Y sus vecinas, aquellas viejas obreras, alimentándose de su piel, ¿adonde partirán?
¿Quién le dará calor y sombra a ese viejo ciempiés?
¿Adonde ira ahora ese viejo picaflor buscando algún amor?
Tantos años cuidándome del eterno sol, de la luna melancólica, de esas estrellas bulliciosas.
¿Y quien me regalara olores de veranos perdidos, amores escondidos, o historias de "a ro ro"?


Sus raíces se abrazan fuerte, se mezclan, se desparraman.
               Ya escucharon el rumor del barrio.
Solo piden que no los separen.
Ya hace tantos años que están unidos, que se miran a la cara.
 Despertándose con el movimiento sutil que desprenden de cada una de sus ramas.

Saben que yo seguiré combatiendo por su amor.
                      Necesitan ayuda.
Los años pasan y no se pueden mantener tan parados como antes.
Saben que hay cosas que molestan.
Sus niños revolotean por la vereda y ensuciando las calles.
  Esos autos inquietos que buscan el reparo bajo sus sombreros y le quitan lugar al dueño.
Que son anarquistas. Que no dan frutos. Que no tienen margaritas y detestan el olor al cemento.

Pero se que no se quieren ir.
En el ruido de sus hojas, de los pajaritos que lo ayudan a vestir, me suspiran su interés por quedarse.
Todavía la claridad de su cuerpo aguanta, su enfermedad no es tan grave.
Quieren ver como termina la parejita de la esquina, el negocio de los vecinos, los amoríos de primaveras
Quieren seguir acumulando sabiduría y poder seguir bajos las ordenes de la madre naturaleza.
     Viejos Arboles compañeros de ideología...
                   Seguiré su lucha aunque sea tarde.