miércoles, 26 de enero de 2011

Sueño de una noche de Verano

Un día nuevo, una hora para el despertar, el café sobre la mesa y restos de abrazos tirados al mar.
Aquella parte de mi cuerpo grita, patalea, se enoja e intenta permanecer en pie.
La otra parte, aquella mas revoltosa, prefiere dormir y caer en sueños secretos.

La sociedad llora por un nuevo nombre y las noticias me revelan lo tan complicado de vivir.
Mis pensamientos se unen al ladrido de un perro y al paso de una señora que recién empieza a caer.
Mi libro en el sillón, el rayo de luz en mis ojos. 

Y estoy sola, con miles de palabras escrita en mi diario y más recuerdos por resolver.
Con una lágrima a medio partir y una sonrisa por aparecer.
Esa llamada cómplice, esos eternos "te amo", y mi cabello despeinado.

El aroma a canela del mediodía, un sahumerio medio apagado, zapatos tirados.
Y mientras las cosas  se desvanecen en el aire, en mi mirada se combinan en imágenes.
Y se forman rutinas, cotidianidades, sombras, atardeceres...

El canto de la chicharra, la hora de la merienda. Me rompo en el agua y juego a ser sirena.
Y el cantar de mi guitarra sin una cuerda, las canciones de radio, nuestro tema.
Sueños de verano, pinceladas en tela, algún pantalón de bambula, coco y verbena.

lunes, 17 de enero de 2011

Entre Cuerpos y palabras

Las palabras danzan al compás  de tu voz tibia de la mañana.
Y el ambiente comienza a recubrir mi cuerpo sobreviviente de un sueño de paz.
El aroma del café cerca de la ventana. Los gritos de algún vecino, una nueva historia por empezar.

A veces, cuando cierro los ojos para escuchar al viento, me surgen tus ojos eternos.
Y mis manos se convierten en hojas de otoño que intentan escapar a esos labios perdidos.
Escribo, bailo, envejezco, renazco; solo por oír tu latido.

El día comienza a correr con sus horas, la rutina me invita a crecer.
Algún verso rebelde hipnotiza mi atención por un rato.
Y esa canción de janis que  destroza mi anatomía y me arma al revés.

Y un minuto se convierte en letra, y alguna llamada en silencio transparente.
Mis ojos de caleidoscopios van perdiendo la definición de los colores.
Río, lloro, paro, intento seguir por el latido de tus pasos.

Soy una ciega voluntaria de esta realidad que transcurre sin pedirme permiso.
Un intento continuo de aprender a caminar de a dos.
Un beso con sabor a miel, una mirada escondida, un sonrisa cómplice...


                  Tú llenas mis días de flores
                             De palabras.
                               De sol.

lunes, 3 de enero de 2011

桜 o サクラ

De golpe el tiempo se detiene...

De aquellos pies descalzos quemándose en la calle, conservo el calor de mi piel intentando volar.
Y de aquellos sueños de invierno que se congelan en el tiempo, algún beso escondido queriendo escapar

Caricias perdidas de amores pasajeros, pétalos de flores jugando al azar.
Un arco iris en mi cama, mi cielo teñido adentro de alguna foto pegada en esa vieja  pared.

Eternos enamorados jugando con volver a nacer en alguna historia tirada en sus zapatos.
Esa canción japonesa, esa charla de café, ese cuadro de Miró. Aquel pantalón tirado al revés.

Algún sahumerio limpiando la casa, Mi perro tirado frente a la ventana. Pájaros empezando su día.
Y yo, sentada, doblando mis piernas, pensando en este nuevo plan.

En aquellas cosas que voy  dejando atrás, que no volveré hacer.
Romper con rutinas familiares, con historias cotidianas, con miradas diarias.

Chocarme con aquellos que no tiene representación, que es puro acto de creación.
Jugar por unos minutos con aquellos planteos de mi infancia.

             Y de golpe, así porque si, el tiempo sigue...

                                            Y una nueva flor de cerezo comienza a caer...