Rayo de sol que se asoma entre aquellas hojas desteñidas que yacen frente a mis ojos.
Esperanza de vida, de un día, de poder ser.
Y yo tirada en ese verde pasto que me regala el jardín.
Mirando la infinitud del cielo.
Que diferente se ve el mundo desde aquí.
Por algunos minutos me detengo, en otros momentos vuelo.
Mis pantalones campana sirven como sombra para alguna hormiga.
Y sonrió... La claridad del aire me hace sonreír.
Niña solitaria, mujer encontrada.
Mis chatitas gastadas de tanto caminar se mezclan con la tierra.
El sonido desde acá se siente a lo lejos.
Mi piel recicla el aroma de alguna flor marchitada.
Experiencia realista de algún futuro en llama.
Ese rocío que hace cosquillas en mi nariz.
Mi remera de bambula gastada se llena de cicatrices por aquellas raíces que tocan mi espalda.
Encontrarme con mi origen, con mi fin, con la Pachamama.
Y de golpe, tu a mi lado...
Suspiro necesario para las noches al aire libre.
Te tomo de la mano, te amo a mi manera.
Loca manía de besar tus labios.
¿Y que te parece si construimos un mundo con esos pequeños secretos nocturnos?
Ese placer de estar los dos formando uno.
Maldita y querida matemática pura.
Maldita y querida matemática pura.
Estas noches necesito esa eterna sensación que me regalan tus ojos.
Palabras sonámbulas que no encuentran un lugar
"La cobardía es asunto de los hombres no de los amantes,
los amores cobardes no llegan a amores ni a historias, se quedan ahí."
S. Rodriguez